No me canso de repetir lo que mueve el fútbol además de afición y pasión. Algo más importante para los que mandan en este mundo futbolístico y con lo que no están dispuesto a negociar: Dinero.
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| La Masía 2012/13 - Foto|fcbarcelona.es |
El conflicto llega cuando en el camino del caballero don dinero se cruzan menores de edad. Unos chicos dispuestos a todo por cumplir su sueño de debutar algún día, vestidos con los colores de su equipo, en un estadio abarrotado por miles de seguidores y donde, hasta ahora, parecía que no había límites.
En 2010 el "negocio" cambia y se establecen unas restricciones en las que queda prohibida toda negociación e inscripción de jugadores menores de edad, procedentes de fuera de las fronteras del propio país.
Quién hizo la ley hizo la trampa se suele decir. Y para eso se añade un apartado de excepciones, según las cuales, en únicamente tres casos se pueden fichar menores de edad de cualquier parte del mundo para así rentabilizar la red de ojeadores que dispone cada club a lo largo y a lo ancho del planeta (en el caso de los grandes clubes):
1 - Que los padres del menor se trasladen al país receptor por razones ajenas al fútbol.
2 - Siendo mayores de 16 años, que el futbolista pertenezca a un país de la Unión Europea o del Espacio Económico Europeo o que el jugador viva a una distancia menor de 50 kilómetros de la frontera y el club también lo esté.
3 - Que el jugador lleve en ese país 5 años de forma continuada a la solicitud de inscripción.
No hace falta decir, que poniendo estas magnificas excepciones, no hay que ser muy listo para conseguir traer a un chaval japonés de 15 años a jugar a un club español. Quizás sea muy difícil para una junta directiva conseguir un "empleo" para el padre de cualquier jugador, o les será muy difícil "acreditar" que tal o cual chico camerunés (por poner un ejemplo) lleva 5 años en la ciudad.
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| Blatter con Villar. Foto|hoy.es |
Todo este despropósito acaba como siempre dejando en último lugar lo más importante, el asunto que no se debate en ningún medio de comunicación y que debería dejar de lado una sanción a un club que no podrá fichar en dos ventanas de traspasos: las condiciones y contratos de muchos de los menores que vienen a España a cumplir su sueño y se dan de bruces con la realidad.
Para mí, varía el valorar que vengan chicos de fuera con valorar las condiciones. Lo de las restricciones de que vengan de fuera lo veo absurdo, en un mundo en plena globalización, y tomando el fútbol como un trabajo, todos tienen que poder trabajar allí donde puedan.
ResponderEliminarQue esta ley estará bien para controlar abusos, pero con ella en vigor no habría sido legal la llegada de Messi al Barça o de Ronaldo al PSV, algo ilógico a mi modo de ver.
No estoy de acuerdo con Alberto, creo que esa es una visión sesgada que solo mira el producto final, el crack que a veces sale, como los dos ejemplos que pones, pero deja fuera la inmensa mayoría de chicos que no llegan y quedan a la deriva olvidados por aquellos que los trajeron.
EliminarPor otro lado, por supuesto que el fútbol es un trabajo y por supuesto que todos debería poder trabajar allí donde puede, el problema es que estamos hablando de menores. Trabajo y menores ya no casan demasiado bien puesto que lo que se produce es un abuso y eso ocurre también en el fútbol donde se les exprime al máximo y si al final no dan un buen resultado se les abandona.
Buen artículo Pedro.