Por la puerta de atrás

Una buena afición está con el equipo en las duras y en las maduras. Más aún si hablamos de la afición del Atlético de Madrid y su apoyo incondicional a su entrenador. Pero cualquier aficionado al fútbol pudo ver anoche una de las peores caras del Cholo, con un planteamiento del partido netamente defensivo y pocas (o ninguna) oportunidad de hacer gol para pasar la eliminatoria sin llegar a la prórroga.

Arda, expulsado. Foto: Alberto Martín | EFE

Bien está lo que bien acaba. Esa fue la "suerte" de Carletto que anoche, con varias piezas clave en la enfermería, se la jugó con Ramos en el centro del campo. Quizás las palabras de mi blog hoy, al igual que las de otros muchos, hubieran sido otras si el Cholo saca un once para marcar gol y obligar al Real Madrid a hacer dos goles, con un Cristiano prácticamente desaparecido hasta la jugada del gol y un Chicharito, invisible esta temporada, convertido en el héroe del minuto 88.
"Ganó el único que quiso jugar" titulaban hoy las portadas de algunos medios extranjeros, viendo cómo el mayor 'peligro' del Atlético llegaba en los saques del lateral Jesús Gámez que corría de una banda a otra para poner los balones que en otros partidos le ha solucionado la papeleta al entrenador argentino.
No se puede negar la entrega de los rojiblancos, que corrió más sobre el campo que el Real Madrid y que como ya nos tiene acostumbrados, luchó cada balón como si fuera el último, rozando el límite en algunas jugadas y llevando al jugador con más calidad de su equipo, el turco Arda Turán, a ver la segunda amarilla a veinte minutos del final.
Hay partidos en los que la entrega, o al menos sólo la entrega, no vale. Partidos que aunque cada jugador se funda sobre el terreno de juego no vale. O al menos no vale si tu equipo no llega a tirarle una vez a puerta al equipo contrario. Y tal vez uno de esos partidos de los que hablo es en el que te juegas el pase a las semifinales de la Champions en el Bernabéu.
Ayer, como en alguna otra ocasión tras una derrota, el Cholo abandonó la rueda de prensa orgulloso de su equipo y con una reflexión: "cuando era niño y jugaba en la plaza me iba contento perdiendo si lo dejaba todo", a mí me faltó saber si, en esa plaza, el portero del equipo contrario había llegado a ensuciarse los guantes.